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IMANOL CANEYADA |
En el libro Los Espectáculos Prohibidos de Imanol Caneyada encontramos una
poesía culta y reflexiva, que se inscribe no en
el mundo de la naturaleza, sino en el de la cultura, como en el caso de
José Emilio Pacheco, de quien son las citas textuales que más nombra.
Cada poema es una oportunidad para
evidenciar lo incierto del futuro y presentarnos la cara más oscura del
presente.
El libro
está lleno de cadáveres, árboles secos,
algas enfermas, frío, cosas no nombradas, podredumbre, miedo, heridas,
suicidio, cuerpos dormidos, etc. Caneyada se coloca pues como el observador
universal y convierte el horror en poesía.
Hay mucha rabia contenida que se
descubre, por ejemplo en esta imagen: "Un
niño ha roto su juguete, / tiene sangre entre los labios"
El primer
capítulo, Geografía Incierta está
compuesto por tres poemas, que son una especie de canto a tres lugares del
mundo que comparten la casualidad de ser ínsulas: Cozumel (Lugar de serpientes),
Montreal (Isla virgen) y San Sebastián (La perla del Cantábrico)
Se puede encontrar en los poemas una
fuerte dosis de nostalgia. Reminiscencias de una "niñez inventada, espuria".
El mismo autor se pregunta al final del
último de los poemas de esta serie ¿Qué busco alimentando este rencor de
nostalgia? Se responde líneas adelante cuando acepta que "tengo mis raíces secas de imágenes", "tengo mis manos
vacías de mundo"
En Lugar
de Serpientes sorprende la imagen descriptiva del mar: "Usurera de aquello que guarda tu inmensa/ falda turquesa
ribeteada de espuma"
Pero luego nos hace tomar conciencia
sobre problemas como el de la contaminación cuando dice: "Respiré tu petróleo manso, / pastando/ entre las algas enfermas,
negras de tanto llorarte”. Y casi al final del mismo poema, manifiesta su
coraje por la pérdida de lo natural, cuando dice que: "Pero un día levantaste/ tu falda turquesa/ ribeteada de espuma/
y no les importó abrirte las piernas/ para violarte".
En Isla
Virgen todo es frío. Y frío es también desolación. Fríos son los
"paisajes en la nieve", "la arena de hielo" "la
escarcha de las ventanas", "La muerte", "Los congeladores
de la callada", "las plañideras nieves de las cimas", "el
cuchillo helado de la memoria" y...”El amor que nunca está en casa".
Si Cozumel es playa inmensa, es "lecho mortuorio y puente entre los
continentes", Montreal, por su parte, es la partida del último día, "palabras al deshielo".
En Isla
Virgen la muerte ronda en cada verso, como una parte más del frío. La muerte
está en una "figura sin nombre/ con
la muerte en los huesos" y en el anuncio del final de los sueños
La geografía de San Sebastián está
descrita desde las primeras líneas del poema. "Un mordisco de anciano en la monolítica costa del norte".
El fatalismo y
el desaliento que menciona el prologuista, están también presentes en este
poema.
La
Perla del Cantábrico le ofrece al autor la posibilidad de la autodefinición. Así
el autor de estos tres poemas geográficos se pregunta: "Qué hago cerrando puertas/ de un palacio que desde el Atlántico/
pule superficies de plata/ en donde jamás encontraré mi rostro". Pero
tampoco encontrará su nombre, porque sus raíces están secas de imágenes y sus
manos vacías de mundo. Y es que cuando se ha recorrido el mundo, este se vuelve
más pequeño y las imágenes, de tantas, se confunden unas con otras.
El segundo capítulo, La Célula Muerta se distingue y se
hermana con el anterior. Se distingue, porque el autor ahora habla de olvidos,
de lugares que se dejan, de fotografías que no dicen nada. Pero se hermana,
porque temas como la muerte y la frialdad de la soledad y lo inhóspito, siguen
habitando en el discurso.
El capitulo lleva un epígrafe de Pablo
Neruda "Sucede que me canso de ser hombre" y tal parece que se
refiere al hecho, de haber vivido la experiencia de la vida y reconocer una
realidad no necesariamente muy grata, sino más bien oscura, dormida, en luto.
Quilla, es el título del primer poema.
Se hace una advertencia de que la palabra, tomada del Quiché, significa luna y
que según la tradición, huye de la luz y se refugia en la noche. La noche será
entonces el escenario de lo que leeremos más adelante. El poema respira
"arrinconado entre el polvo" que no es otra cosa que olvido. El
olvido que se genera después de dejar un lugar o "algunos" lugares.
Es el "terror de no saber ser" que se nos presenta como un dilema
existencial.
La esperanza en el futuro está perdida,
el presente solo huele a podredumbre. Olvido es, en otras palabras, no existir.
Fotografías que no retratan nada, maletas desolladas vacías de presencia.
Dice el autor en el mismo poema: "Cuando se parte al mismo tiempo se
llega/ Y por instantes se deja de ser". Entonces todo es recuerdo,
reminiscencias. La concepción del
presente, la señala cuando dice:
"Hablo de millones de muertos/ que viajan en automóvil". Todo
está condenado al olvido: las fotografías si hablan, sólo dirán que las calles
están sucias, "ingestas de mendigos
y borrachos".
La luna se convierte entonces en el
enlace entre pasado y presente. En el círculo que recorre todas las estaciones,
los países, las acciones de los hombres, los sentimientos y...el olvido.
Nada más
fácil, que olvidar la luna de hoy y reconocer una nueva al día siguiente. Ese
parece ser el discurso que al autor intenta delinear en este poema.
Es posible que ese olvido que se
promueve se refiera a la patria abandonada, porque se sigue tratando el tema en
otro poema más adelante que titula "Ruega por Nosotros". Allí surge
la imagen de un árbol seco, como símbolo de una patria avasallada. Habla en él,
de regresar al origen. El símbolo del árbol representa a los seres humanos, porque "sólo allí se puede encontrar lo
que fuimos”. Lo que seremos no está en el pasado. El luto del árbol no será
llorado porque la desgracia de una patria abandonada no se llora, se engorda de
coraje para levantarla.
Dice:
"Regreso al árbol, caído, /al árbol hecho leña/ para alimentar la tierra
heredada"
A fin de cuentas es un árbol mutilado
que nos dice lo que hemos sido.
Del último capítulo Los Espectáculos Prohibidos -precisamente,
el título del libro. Se escogieron dos poemas.
"La dama incierta" que quiere
ser una descripción del volcán Iztaccíhuatl, también conocido como La Mujer
Dormida.
Es condición del volcán estremecerse.
El sol de cada día esculpe su figura, mientras ella duerme. La figura de la
mujer vive inquieta por los posibles "orgasmos de ceniza" y porque,
como ladera nevada "sigue muriendo en el día y renaciendo en la
oniria"
El autor se asombra de la magnitud y
grandeza de la Mujer Dormida cuando dice: "Yo
no sé que gigante pueda/ toda entera tu entrega. / Ni el descomunal movimiento/
que te atenace como a hembra".
El discurso ha
cambiado significativamente y ahora el autor hablará inclusive de temas urbanos
como cuando nos describe un viaje en metro.
"Soy
subsuelo/ Soy gusano realizado"
Dice Octavio paz que cada poema es
"un orbe diminuto de simpatías y repulsiones, un campo de relaciones
mágicas y, así, un doble del mundo real". Entonces, el poema de convierte
en un espejo en el que el hombre ve al mundo.
En Caneyada es evidente el reflejo de
un mundo que sorprende por sus magnificencias geográficas. Así se le canta a
tres lugares a-isla-dos a partir de un signo que permite hartarse de geografía,
aunque esta sea incierta, pero al mismo tiempo, son ámbitos que se aprovechan
con eficiencia para dialogar consigo mismo sobre el eterno problema de la
poesía: cómo se ve el hombre a sí mismo y cómo ve el hombre al mundo. El frío,
la muerte y el llanto, son entonces elementos que ayudan al poeta a verse en el
espejo para leer en él, el futuro y el presente.
Imanol Caneyada Pascual
LOS ESPECTÁCULOS PROHIBIDOS
Editorial Papel, 1998
San Luis R. C., Sonora