miércoles, 25 de junio de 2014

viernes, 13 de junio de 2014

EL LEÓN SIN SU JAULA NO ES LEÓN

Ser periodista conlleva siempre una serie de riesgos. He estado al frente de un micrófono y firmando con mi propio nombre, una columna periodística y por supuesto, he sabido lo que es ejercer la libertad y de las consecuencias que ella arroja, cuando el poder se molesta por lo que dices o lo que escribes. Luego, escribir sobre ese tema tan  complejo como es de los migrantes, pue hace que uno se enfrente siempre al dolor, porque migrar no tiene otro significado más próximo que dolor. En ese sentido, sé, de lo que está hablando Ramón Eduardo cuando escribe.
Agradezco haber sido invitado a presentar el libro Historias mías o liberando al león de su jaula de Ramón Eduardo Ortiz León, a quien conocí hace un par de años, cuando me contactó para participar en el encuentro Poetas Migrantes.
Con esta serie de historias, dice en la introducción de su texto, pretendo desde este momento, documentar y narrar qué piensa y cómo vive la gente. Lo que pasa a nuestro alrededor y de frente a lo que considero un año decisivo para la historia moderna de nuestro país. Ramón Eduardo hablaba de 2012, fecha en que los mexicanos vivimos de nueva cuenta una esperanza democratizadora que finalmente se apagó, sin siquiera haber iniciado. Y por supuesto, en eso también coincido con él. Esperanzas esperanzadoras.
Pero voy a lo que expresa en el principio del párrafo: “documentar y narrar qué piensa y cómo vive la gente. Lo que pasa a nuestro alrededor” y bueno, creo que después de leer estas crónicas te encuentras finalmente conque justo eso fue lo que hizo el autor, darle voz a la gente, que desde debajo de la estructura social se mueve, haciendo que la nación se mueva. Lo que aquí encontraremos no son historias extraordinarias o fuera de lo común, es lo que pasa en el barrio, en la colonia, con los vecinos. Lo que diariamente vivimos los residentes de la frontera y que tal vez se parezca o no a lo que viven en el centro o sur del país. El caso es lo mismo. La voz de la gente, no de los encumbrados.
Y aunque Ramón ha dejado de escribir para periódicos de papel, arriesgándose a crear su propio medio digital, como es ahora moda, la verdad es que siente una gran nostalgia por el gusto  de oler el periódico y entintarse las manos. Por eso escribe lo siguiente: …es un placer disfrutable leer algo en papel, sentir su textura, ver sus colores, oler su tinta, mancharme los dedos con ella, algo que una pantalla no podrá sustituir jamás. Desgraciadamente estoy seguro que eso pasará con el tiempo.
La vida del autor ha dado muchos vuelcos y de ello nos enteramos en el propio libro. Aun tratándose de un texto que no necesariamente es autobiográfico, pero la forma de narrar de Ramón, nos permite irnos enterando de los vericuetos de su vida en comunidades rurales de Sinaloa y de Sonora.
Dice: “Hoy mi vida ha cambiado quizá para bien o quizá no, pues los riesgos de este oficio como periodista son casi iguales o superiores a los que tenía en ese entonces (cuando Ramón vivía en Sinaloa). Pero en eso anos podía yo defenderme o responder a posibles enemigos con la misma moneda. Hoy no tengo más que el teclado de mi lap top, y mi pecho inerme ante los riesgos y amenazas, cumplidas o no”.
El migrante hondureño que logra librarla después de un intento de asesinato. La mujer indígena abusada que tiene que enfrentarse en primera instancia ante la incredulidad de los hechos en su familia y la desconfianza en el sistema de justicia. La historia del trailero que decidió vivir en pleno desierto, alejado del bullicio y de la falsa sociedad, en una historia tal vez similar a la creada por Daniel Dufoe en La vida e increíbles aventuras de Robinson Crusoe.
La dramática vida en las poblaciones sinaloenses rurales en las que puede ser común que lleguen los sicarios al pueblo en plena luz del día, frente al convoy policial y acaben cruelmente con los contrarios. Situación que por supuesto no es exclusiva de Sinaloa, instalándose desafortunadamente en casi todo el país.
La desaparición de connacionales quienes en su intento de cruce o por rentarse como mulas del narco, pierden la vida en las candentes arenas del desierto o son secuestrados o asesinados por los mismos que los contrataron y les ofrecieron el cielo y las estrellas. Los que si consiguieron con éxito el trasiego de la droga serán vistos después presumiendo sus cueros de rana, ropa de marca y en fin todo aquello que distingue a la cultura buchona que se esparce rápido por todo el país como una cultura prende en los jóvenes, ante la falta de héroes verdaderos.
De eso escribe Ramón Eduardo Ortiz. De eso está hecho Historias mías…Felicito al autor por su heroica prosa y por hacerla realidad en forma de libro. Felicidades a los organizadores por tan magno evento. Que haya muchos más. Gracias.

lunes, 9 de junio de 2014

HISTORIAS DEL DESIERTO Y EL MAR EN UN ESCRITOR SONORENSE

Por Manuel Cuen Gamboa


Cuando conocimos a Guillermo Munro, por allá en 1988, tiempo en que nos tocó desempeñarnos al frente de la administración de la Casa de la Cultura de San Luis Río Colorado, Guillermo ya era Don Memo. Es decir, ya tenía en su haber una gran experiencia de promoción y difusión de la cultura y de las artes, lo que nos acercó más a que pudiéramos tener una colaboración estrecha entre quienes con dificultades hacíamos esfuerzos por levantar el trabajo cultural de nuestras comunidades.
Ahora que nos encontramos de nuevo, Guillermo Munro Palacio es mucho más que Don Memo, es, uno de los escritores más importantes de México y por ello, el Instituto Sonorense de Cultura de le nombró creador emérito 2012-2013. Y bueno, la prueba de que quienes lo seleccionaron no se equivocaron está aquí, en la punta extrema de Sonora, Guillermo Munro Palacio presentándonos su novela Hombres valientes.
La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir. Nuestro autor nos los da con su gran obra.
‘Hombres valientes’ es una gran reflexión sobre el poder. Es una novela donde las figuras de los hombres de nuestro Estado son confrontadas en un sentido ético profundo, y ahí, al ser confrontadas nos revelan sus rostros más atroces. Es, en ese sentido, fiel crónica de un suceso local que trasciende a lo internacional.
Guillermo Munro nació en Hermosillo, Sonora. Su infancia transcurrió entre las mareas de Bahía Kino, Puerto Libertad y Puerto Peñasco. A lo largo de su vida se ha desempeñado como escritor, guionista cinematográfico, pintor, diseñador gráfico, actor, director teatral y fotógrafo.
En el año de 1992 el Instituto Sonorense de Cultura premió su novela Las voces Vienen del Mar en el Concurso del Libro Sonorense . Tres años después, el ISC le otorgó Mención de Honor a la novela Los sufrimientos de Puerto Esperanza. En sus novelas intercambia pasajes reales sobre su familia, sus raíces, amigos. Amante de Sonora, resalta la geografía de su estado haciendo hincapié en el desierto y el mar.
 Además ha publicado Breve Historia de Puerto Peñasco (2007) y La ruta de los Caídos (2012), así como una variedad de guiones cinematográficos. Es fundador y director de la revista “Nuestra Gente”, dedicada a recuperar crónicas, leyendas e historias de sobre el desierto del noroeste mexicano, donde ha vivido la mayor parte de su vida.
Cuando lo hayas encontrado, anótalo, escribió alguna vez Cahrles Dickens y de alguna forma creo que es la forma ordinaria de actuar de Guillermo. Es más creo haberle escuchado esa frase alguna vez. No de otra manera se puede entender que en una novela como Hombres Valientes nos proporcione tantos datos, seguramente encontrados en su sesuda investigación sobre el tema.
Finalmente decir que escribir es un oficio que se aprende escribiendo. Así que el deseo es que nuestro autor nos siga deleitando con sus historias de los hombres del mar y del desierto. Ello nos enriquece y nos hace más universales. Ni duda cabe.
*Escritor y artista plastic.