jueves, 27 de agosto de 2020

Detener el robo de piezas patrimonio

 


Por Manuel Cuen Gamboa

San Luis Río Colorado, Sonora.- El presente ensayo busca crear conciencia en lo importante que resulta la conservación del patrimonio cultural de nuestro municipio.

Las culturas originarias no levantaron grandes edificaciones, porque la misma geografía no se los permitía. Por un lado, un caudaloso río, que sin control, se llevaba todo a su paso. Por otra parte, un árido desierto cuyas dunas, como arenas movedizas, podían fácilmente cubrir cualquier edificación levantada en su territorio.

Sin embargo, la naturaleza nos heredó vestigios de antiguos derroteros el río Colorado y de un inexplorado Mar de Cortés.

Fundamentalmente en el área del Golfo de Santa Clara, delegación del municipio de San Luis Río Colorado, es donde se encuentran este tipo de vestigios.

 

Antecedentes

Una nota periodística del 6 abril del 2015, destacaba la existencia de robo de piezas históricas en la zona de El Golfo de Santa Clara.

El periódico Primera Plana destacaba la necesidad de diseñar acciones de la protección de las mismas, con la finalidad de evitar que se pierdan los valores que puedan ayudar a descubrir los ambientes que existían en esta localidad hace miles años.

Desde estrellas de mar, hasta tortugas u otras especies marinas y terrestres de mayor dimensión, pueden ser encontradas en la zona de Farallones, en el norte del poblado, donde se ubica el lecho del río Colorado, piezas que con el paso del tiempo se fosilizaron y representan un gran valor histórico y en algunos casos económico.

El periódico en cuestión, entrevista al ecólogo Martín Sua Cota, director de la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, quien comentó que no considera que exista como tal un saqueo de piezas fosilizadas, pero sí de da el hurto de huesos y especies como estrellas de mar y bivalvos (conchas) que datan de miles de años.

“Cuando se describió la tortuga terrestre, la cual se consideró es pariente de la especie galápagos, la Reserva de la Biosfera realizó un trabajo de protección de la pieza, estableciendo un perímetro y colocamos un guardia, hasta que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), delegación Sonora, acudió para rescatarla y conservarla, lo cual también debe ocurrir con las piezas recientemente descubiertas, pues son ellos los únicos autorizados para ejecutar acciones de este tipo”, dijo.

Por otra parte, encontramos el documento “Ficha técnica de valuación de los sitios prioritarios para la conservación de los ambientes costeros y oceánicos de México”.

En el apartado de Impactos y amenazas, se señala que además de la cacería ilegal, en la zona se registra “saqueo de piezas arqueológicas”.

En el documento “Geología y Paleontología del Pleistoceno del Delta del Río Colorado, El Golfo de Santa Clara, Sonora, México, por Fred W. Croxen III, Christopher A. Shaw y David R. Sussman, se documentan una serie de campañas de recolección de piezas por parte de investigadores estadounidenses.

“En el año de 1939, una institución realizó una primera campaña de recolección de material fósil en las cercanías de El Golfo. Chester Stock del Instituto Tecnológico de California (CalTech) mandó dos exploradores (J. Dougherty and A. Drescher). Ellos recuperaron dos docenas de especímenes de vertebrados que representan tortugas gigantes, perezoso, caballos, camellos, venados y mamuts, además de madera petrificada”.

“Desde entonces, ocho diferentes instituciones han adquirido pequeñas y grandes colecciones. La Universidad de Arizona, en Tucson, colectó más de 50 especímenes de fósiles vertebrados a finales de los años 1960 y 1970 en varios cañones al norte, este y sur de la comunidad de El Golfo, incluyendo los afloramientos del sur cercanos a El Tornillal. Otros 63 especímenes fueron colectados por la Universidad de California, en Berkley, en 1970 en uno de los primeros cañones que ocupan parte de los límites noroeste de las Tierras Malas. En el mismo año 11 fósiles vertebrados fueron colectados en el “Cañón Shaw” (noreste de El Golfo) por la Universidad de California, en Riverside. En 1983, la Sociedad de Historia Natural de San Diego recibió una donación de aproximadamente 30 especímenes colectados en el “Cañón Trash” (este de El Golfo) en los 60s y 70s por colectores (paleontólogos) aficionados, llamados Foss Curley y Emma Curley. Entre estos especímenes, se encontraba el único registro de Norte América de oso hormiguero gigante. Entre los años 1976 y 1979, una gran colección fue acumulada por estudiantes bajo la dirección de los profesores Tom Lubin y Keith Green del Cypress Collage, en California. Fue en esta colección, en conjunto con especímenes del Museo Natural de Historia del Condado de Los Ángeles (LACM), como se formó el núcleo de material (más de 200 especímenes identificables) que en 1981 culminaría en una tesis de Maestría acerca de La Fauna Local de El Golfo, presentada por Christopher A. Shaw. Las colecciones del LACM inicialmente fueron comenzadas por Theodore Downs y Harley Garbani en 1963 y después por Chris, Harley, Antonia Tejada-Flores y otros entre los años 1979 y 1981”.

“Significativamente, las colecciones de material fósil y datos paleontológicos más completos de las Tierras Malas han sido aportadas por estudiantes y personal del Arizona Western College (AWC) de Yuma, Arizona, bajo la supervisión de Fred Croxen, David Sussman y Robert Predmore. Durante los pasados 12 años ha habido un esfuerzo cooperativo entre la Reserva de la Biosfera en Sonora, el Museo Geroge C. Page de Los Ángeles y el departamento de Geología de AWC, para sistemáticamente explorar, colectar y documentar localidades de fósiles dentro del vasto territorio que abarcan las Tierras Malas y los cañones. Como fruto de este esfuerzo, se han recuperado de más de 5 mil 200 especímenes de fósiles de vertebrados. Hasta la fecha, menos del 20 por ciento de estos depósitos han sido explorados y documentados”.

“La contribución de colectores aficionados ha sido inmensa. La taxonomía de algunos mamíferos es reconocida por fósiles colectados durante una campaña ejecutada sobre la playa y explorando los cañones. Algunos ejemplos incluyen un metacarpo de un oso hormiguero gigante, una sola quijada del único capibara encontrado y el mejor material dental de lobo y megaterio. Muchos de los fósiles recuperados por colectores aficionados, especialmente los de rara taxonomía, han sido transferidos a instituciones de investigación”.

Como se puede ver en los documentos comentados, estudiantes e investigadores de universidades de Arizona y California han podido llevarse más de 5 mil 200 piezas sin que nadie les diga nada. Amén de muchas otras piezas que pudieron ir por otros rumbos.

Definitivamente, alguna autoridad sea municipal, estatal o federal tiene que poner orden en la conservación del patrimonio cultural de nuestro municipio.

 

REFERENCIAS

1https://www.primeraplanadigital.com.mx/2015/04/06/saquean-piezas-historicas-en-sonora/

2Ficha técnica de valuación de los sitios prioritarios para la conservación de los ambientes costeros y oceánicos de México www.conabio.gob.mx

3Geología y Paleontología del Pleistoceno del Delta del Río Colorado, El Golfo de Santa Clara, Sonora, México, por Fred W. Croxen III, Christopher A. Shaw y David R. Sussman. Publicado el 11 de julio del 2015 en ReserchGate.com

 

 

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