Cuando la mujer tiene la libertad de dar
forma, mediante palabras o cualquier otro tipo de expresión artística, a las
emociones que alberga en su corazón, surgen imágenes sorprendentes e
inesperadas, escribió Carmela Fisher en
la introducción a Mujeres Poetas
Enamoradas. Es el caso con la autora que compartimos en esta ocasión.
Porque misión del poeta es conservar en custodia el
poder encarnado en el lenguaje, para despertar a latigazos el silencio (Pablo
Mora, en Para qué la poesía).
“Amor,
acaban de timbrar a mi puerta/las palabras/para salir a jugar a las mentiras” (Pág. 16 Tocan a la puerta). La palabra como instrumento de la poesía,
como percepción de la mirada. “La maga
agitó su vara-palabra/y desperté:” (Pág. 21 Santuario). El asombro y el milagro fundidos en un solo propósito: existir.
Las palabras y las imágenes de la poeta colombiana Carolina Varela.
Originaria de Cali, Colombia,
donde estudió contaduría pública en la Universidad Libre. La versatilidad de
sus letras le ha permitido participar varias ocasiones en el Encuentro Nacional
de Mujeres Poetas Museo Rayo Roldanillo Valle, entre otros encuentros locales y
nacionales. Ha sido seleccionada en la
antología “Nuevas voces de fin de siglo”, Épsilon Editores; invitada al V
Encuentro Internacional de Escritores “Vuelven los comuneros”, al III Encuentro
Internacional de Poesía Meira Delmar, al XVI Encuentro Internacional de poetas
en Zamora, Michoacán, Homenaje II de la Fundación Plenilunio.
Es además autora de libros como “Esquizofrenia de amor”, “Fundación Plenilunio 2008” y su obra forma parte de diversas antologías, periódicos universitarios y revistas de Colombia, Perú, México y España. Algunos poemas han sido traducidos al francés por el poeta marroquí Abdelouahi Bennani.
“Aprendí a amarte desde
afuera/con la herrumbre de los días, /con la fatiga de las horas, /y el pan
leudado en la canasta” (Pág. 42 Amarte desde afuera).
“Se
pueden contemplar en los varios poemas de amor, trozos de
muerte-vida-muerte-vida, que van anonadando y ventilando el corazón frágil y de
papel que la poeta canta al amado, encerrándolo en su yo y una vez ahí lo tiene
en una prisión con barrotes de mermelada”,
escribe Ronald Castillo Florian en el prólogo-presentación del poemario.
Que el verso sea como una
llave que abra mil puertas, como lo escribiera Vicente Huidobro y que esas
puertas nos lleven a un infinito de posibilidades y sensaciones, como en este
poema de Carolina, en el que casi nos quema con su palabra Fósforo: Si presionas tus dedos/desde mi cuello/hasta mi espalda/si tu boca roza
mis labios/me enciendo/
¡Suashshsh!" (Pág. 38 Fósforo).
Tengo
que confesar que fuera de García Márquez, he leído poco de literatura
colombiana como para establecer relaciones e influencias en la obra de Carolina
Varela. Lo que sí puedo afirmar, es que siento una importante influencia
nerudiana en sus palabras. Y es que para cualquier latinoamericano es difícil
haber escapado a la influencia de poetas como Pablo Neruda, quien con su Canto
General y sus 20 poemas de amor y una canción desesperada,
nos volvió hacia la tierra y hacia el amor que se resbala como gota por la
espalda de la prójima.
“No fui Nerón, ni cristiano, ni judío/solo culpable de
instigar tu ardor” (Pág. 37 Roma). Es su
confesión, es su fuego, su incendio.
Carolina
Varela Lopez reside ahora en Tijuana. Ha comprometido su participación en el
Sexto Encuentro Poetas Migrantes, presentándose en San Luis, Arizona, al lado
de otros poetas latinoamericanos.
Amarte desde afuera, antología poética
Carolina Varela López
Editorial Navegando los sueños
ISBN 978-1-61061-271-5
San Salvador. El Salvador CA
*Manuel Cuen Gamboa. Autor de los libros Rondín Nocturno (poesía),
Zarpazos
de Sol (Ensayo), La Frontera, el Rio y el Desierto
(Crónica) y Canto de Luz (Poesía). En prensa Parvada de Olvidos
(poesía).
Me honras con tus comentarios. Muchas gracias.
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