lunes, 2 de febrero de 2015

LAS CARTAS DE LILITH GÉNESIS, DE BLANKA MENDOZA CONQUISTAN ENSENADA





Manuel Cuen Gamboa, Desierto Mayor Editores

Escribir poesía es escuchar voces que nadie oye. Tocarlas e incorporarlas a la vida. Deslizarse en el tiempo, como si no hubiera tiempo. Voltearse el alma y mirar, con una mirada que se inventa al mirarse; recorrerse en todo lo que uno es, para luego brincar al horizonte.

La costumbre de entregar cartas románticas y poemas de amor viene de muy lejos, tanto que tenemos que viajar en el tiempo hasta la época romana.  Enrique VIII enloqueció por Ana Bolena antes de ordenar su muerte. Napoleón sufrió por el desdén de Josefina. Perón tuvo en Evita su “tesoro adorado”. Simón Bolívar le escribía a su amante Manuela Sáez entre batalla y batalla. Sigmund Freud le envió más de 900 cartas a Martha Bernays. Gabriela Mistral puso por escrito su pasión por el poeta Manuel Magallanes Moure en sus misivas. Pablo Neruda le envió centenares de arrebatadas epístolas a Matilde mezclando besos con encargos de comida y tabaco.

Así es como la poesía de Blanka se desliza en el tiempo como si no hubiera tiempo. Voltea su alma y mira, con una mirada que se inventa al mirarse. Sus manos ansiosas, pasionales, recorren la piel por la piel hasta mojarse de amor, hasta inundarse de pasión, en todo lo que es, para luego brincar al horizonte y no solicitar, exigir con un grito el beso que consolida el acto y lo hace bello y luminoso, único.

La poesía nace del sueño para rasgar la realidad.

La poeta escudriña, para encontrar todo lo que hay y aun para adivinar lo que en apariencia no existe. La poeta es un pescador. Es un constructor. Es un leñador que tiene deseos por la inminente caricia:

“Cuánto dolor se ha anidado en mi alma,

sólo por no tener sus manos sobre mí”.



Tiene el deseo de ser llamada:

“Sólo diga usted: Lilith ¡venga! De otra manera,

moriré lentamente en la distancia”.



Blanka a través de su poesía, llega a la consumación:

Aún convaleciente, tomé su mano y me aferré a ella.

Usted me hizo suya ¿recuerda?



Y se declara abandonada:

Amado mío: - Hoy, sólo quiero que sepa,

que usted me hace falta.



En Blanka Mendoza la poesía es un enorme sentimiento al que le sobra  corazón y que por su mano es que habla. Una mano tan poderosa, tan significativa, que lo nombra todo.

Una mano y un corazón capaces de crearnos la luz por la luz misma.

Una mano y un corazón capaces de llevarnos a los más elevados significados del amor, de la pasión misma. Al orgasmo, literalmente hablando.

El sábado 31 de Enero a las 5:00 AM salimos de San Luis Río Colorado, Blanka Mendoza, Myrna Alicia Rodríguez García, Enoc Palafox y su esposa y quien esto escribe, rumbo a Ensenada, con el la finalidad de cumplir el compromiso contraído con Anel Mora y el Colectivo El Cofre, para presentar el poemario de Blanka Mendoza.

Antes de las 7:00 AM ya estábamos en el poblado de La Rumorosa tomando un rico café de olla y delicioso desayuno casero. Disfrutamos por supuesto de una rica conversación junto a una estufa de leña que hacía las veces de calentón.

Para el mediodía ya estábamos en el estudio Roma Pintura Artística de  Rocío Malagón y después de instalar la obra de Enoc Palafox, probar equipo de sonido e instalar mesa de presídium y la exhibición de los libros de Blanka y de Manuel Cuen, fuimos invitados por Anel Mora para comer en un establecimiento de comida Oaxaqueña. Saboreamos exquisitos platillos mexicanos y regresamos al estudio de Rocío para dar toques finales.

En punto de las 6:00 PM ya estamos de regreso en el estudio Roma para empezar a recibir a los invitados y ultimar detalles sobre la agenda de actividades. El evento empezó uno minutos después de las 7:00 PM con los comentarios del editor Manuel Cuen y después, la maestra Myrna Alicia Rodríguez García, leyó con exquisita voz y sentimiento, tres poemas contenidos en el libro motivo de la reunión. Después, la poeta Blanka Mendoza agradeció los apoyos recibidos de quienes hicieron posible el evento al que asistieron alrededor de 40 personas. Enseguida leyó algunos poemas contenidos en su libro para iniciar después un fecundo diálogo con el público.

Hubo de todo. Quienes confesaron haber derramado lágrimas con la sentida lectura de los poemas. Otros, que se identificaron con las voces poéticas y sus protagonistas. Comentarios en general, de prácticamente toda la concurrencia, felicitando a Blanka Mendoza por la calidad de su obra.

Poetas, artistas plásticos, promotores culturales y en general amantes de las artes se dieron cita en aquel espacio con olor a linaza y aguarrás  y que unió las voces de muchos pueblos de la Baja California y Sonora en una sola. Excelente desempeño de la escritora Blanka Mendoza quien demuestra el temple en la presentación de su obra. Simpatía de sobra por parte de Myrna Rodríguez, robándose en los hechos el corazón de los artistas ensenádenses, con quienes compartió y convivió en una gran noche convertida en tertulia literaria después de las 10 y ya vencida la noche con poemas de Blanka Mendoza, Anel Mora, Manuel Cuen y Paty Rubio, los que  irrumpieron el ambiente de por lo menos una veintena de personas, que en circulo concéntrico, reconocieron como fundamento de la noche, el amor y la pasión de eróticos versos lanzados a rajatabla por los poetas. El vino tinto hizo su efecto y aquella noche, fue una noche especial e irrepetible. Y si eso le agregamos las bien trazadas pinceladas de Enoc en las imágenes de su obra pictórica, pues podemos concluir que la noche, además de grande fue también, un excelso instante de convivencia y expresión entre las artes.

Gracias a los participantes, aquella se ha convertido en una inolvidable noche en nuestras vidas y todos y cada uno en entrañables cómplices de la palabra en relámpago.

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