Manuel Cuen Gamboa, Desierto
Mayor Editores
Escribir
poesía es escuchar voces que nadie oye. Tocarlas e incorporarlas a la vida.
Deslizarse en el tiempo, como si no hubiera tiempo. Voltearse el alma y mirar,
con una mirada que se inventa al mirarse; recorrerse en todo lo que uno es, para
luego brincar al horizonte.
La costumbre de entregar
cartas románticas y poemas de amor viene de muy lejos, tanto que tenemos que
viajar en el tiempo hasta la época romana.
Enrique VIII enloqueció por Ana Bolena antes de ordenar su muerte.
Napoleón sufrió por el desdén de Josefina. Perón tuvo en Evita su “tesoro
adorado”. Simón Bolívar le escribía a su amante Manuela Sáez entre batalla y
batalla. Sigmund Freud le envió más de 900 cartas a Martha Bernays. Gabriela
Mistral puso por escrito su pasión por el poeta Manuel Magallanes Moure en sus
misivas. Pablo Neruda le envió centenares de arrebatadas epístolas a Matilde
mezclando besos con encargos de comida y tabaco.
Así es
como la poesía de Blanka se desliza en el tiempo como si no hubiera tiempo.
Voltea su alma y mira, con una mirada que se inventa al mirarse. Sus manos
ansiosas, pasionales, recorren la piel por la piel hasta mojarse de amor, hasta
inundarse de pasión, en todo lo que es, para luego brincar al horizonte y no
solicitar, exigir con un grito el beso que consolida el acto y lo hace bello y
luminoso, único.
La
poesía nace del sueño para rasgar la realidad.
La poeta
escudriña, para encontrar todo lo que hay y aun para adivinar lo que en
apariencia no existe. La poeta es un pescador. Es un constructor. Es un leñador
que tiene deseos por la inminente caricia:
“Cuánto dolor se ha anidado en mi alma,
sólo por no tener sus manos sobre mí”.
Tiene el
deseo de ser llamada:
“Sólo diga usted: Lilith ¡venga! De otra
manera,
moriré lentamente en la distancia”.
Blanka a
través de su poesía, llega a la consumación:
Aún convaleciente, tomé su mano y me aferré a
ella.
Usted me hizo suya ¿recuerda?
Y se
declara abandonada:
Amado mío: - Hoy, sólo quiero que sepa,
que usted me hace falta.
En
Blanka Mendoza la poesía es un enorme sentimiento al que le sobra corazón y que por su mano es que habla. Una
mano tan poderosa, tan significativa, que lo nombra todo.
Una mano
y un corazón capaces de crearnos la luz por la luz misma.
Una mano
y un corazón capaces de llevarnos a los más elevados significados del amor, de
la pasión misma. Al orgasmo, literalmente hablando.
El sábado 31 de Enero a las 5:00 AM salimos de San Luis Río
Colorado, Blanka Mendoza, Myrna Alicia Rodríguez García, Enoc Palafox y su
esposa y quien esto escribe, rumbo a Ensenada, con el la finalidad de cumplir
el compromiso contraído con Anel Mora y el Colectivo El Cofre, para presentar el
poemario de Blanka Mendoza.
Antes de las 7:00 AM ya estábamos en el poblado de La Rumorosa
tomando un rico café de olla y delicioso desayuno casero. Disfrutamos por
supuesto de una rica conversación junto a una estufa de leña que hacía las
veces de calentón.
Para el mediodía ya estábamos en el estudio Roma Pintura Artística
de Rocío Malagón y después de instalar
la obra de Enoc Palafox, probar equipo de sonido e instalar mesa de presídium y
la exhibición de los libros de Blanka y de Manuel Cuen, fuimos invitados por
Anel Mora para comer en un establecimiento de comida Oaxaqueña. Saboreamos
exquisitos platillos mexicanos y regresamos al estudio de Rocío para dar toques
finales.
En punto de las 6:00 PM ya estamos de regreso en el estudio Roma
para empezar a recibir a los invitados y ultimar detalles sobre la agenda de
actividades. El evento empezó uno minutos después de las 7:00 PM con los
comentarios del editor Manuel Cuen y después, la maestra Myrna Alicia Rodríguez
García, leyó con exquisita voz y sentimiento, tres poemas contenidos en el
libro motivo de la reunión. Después, la poeta Blanka Mendoza agradeció los
apoyos recibidos de quienes hicieron posible el evento al que asistieron
alrededor de 40 personas. Enseguida leyó algunos poemas contenidos en su libro
para iniciar después un fecundo diálogo con el público.
Hubo de todo. Quienes confesaron haber derramado lágrimas con la
sentida lectura de los poemas. Otros, que se identificaron con las voces poéticas
y sus protagonistas. Comentarios en general, de prácticamente toda la
concurrencia, felicitando a Blanka Mendoza por la calidad de su obra.
Poetas, artistas plásticos, promotores culturales y en general
amantes de las artes se dieron cita en aquel espacio con olor a linaza y aguarrás
y que unió las voces de muchos pueblos
de la Baja California y Sonora en una sola. Excelente desempeño de la escritora
Blanka Mendoza quien demuestra el temple en la presentación de su obra. Simpatía
de sobra por parte de Myrna Rodríguez, robándose en los hechos el corazón de
los artistas ensenádenses, con quienes compartió y convivió en una gran noche
convertida en tertulia literaria después de las 10 y ya vencida la noche con poemas
de Blanka Mendoza, Anel Mora, Manuel Cuen y Paty Rubio, los que irrumpieron el ambiente de por lo menos una veintena
de personas, que en circulo concéntrico, reconocieron como fundamento de la
noche, el amor y la pasión de eróticos versos lanzados a rajatabla por los
poetas. El vino tinto hizo su efecto y aquella noche, fue una noche especial e
irrepetible. Y si eso le agregamos las bien trazadas pinceladas de Enoc en las
imágenes de su obra pictórica, pues podemos concluir que la noche, además de
grande fue también, un excelso instante de convivencia y expresión entre las
artes.
Gracias a los participantes, aquella se ha convertido en una
inolvidable noche en nuestras vidas y todos y cada uno en entrañables cómplices
de la palabra en relámpago.
saludos. una pena no haber estado ahí.
ResponderEliminarDavid Salazar