jueves, 7 de febrero de 2013

La Ciudad y los Perros, de Mario Vargas Llosa

Manuel Cuen Gamboa*
Efectivamente. Leer, es protestar contra las insuficiencias de la vida. Y es que, como lectores, lo que buscamos en cada obra, es una guía y una sabiduría que aporte significados sobre la propia vida. De otra forma no hay ganancias en la lectura. Si no lees, te conformas.
Ha sido una gran experiencia llegar a la lectura de La Ciudad y Los Perros de Mario Vargas Llosa. Como ya lo he descrito antes, intentando reseñar los libros que van completando mi breve biblioteca, adquirí en diciembre pasado Norte, de Edmundo Paz Soldán y después Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño. Algo había oculto en sus obras, que me remontaron a buscar esta obra escrita hace 50 años por un polémico autor, galardonado no hace tanto tiempo con el Premio Nobel de Literatura. Hablo por supuesto de Mario Vargas Llosa.
Y me vienen a la mente una seria de circunstancias y situaciones que distinguen el escenario tema de la obra. Nuestra America está marcada por Innumerables intervenciones y agresiones militares efectuadas por Estados Unidos. Como también,  por el peso excesivo que los militares han jugado en la política interna del continente mediante golpes de estado o la instauración de dictaduras militares. La milicia es parte de la vida común de la mayoría de los latinoamericanos, porque la hemos padecido. De manera tal que abordar el tema de la vida castrense, se convierte en un tema de por si interesante para la novela latinoamericana. Y por supuesto me vienen a la mente los personajes de Paz Soldán y de Bolaño, porque se ven alimentados por las características de El Jaguar o de Alberto El poeta, por mencionar a algunos. Pero también, vienen a la mente los personajes y escenarios de las obras de Gustavo Sainz y de otros autores de la llamada generación de la onda, porque con toda seguridad fueron inspirados en parte por esta obra.
La ciudad y los perros no solamente es un ataque contra la crueldad ejercida a un grupo de jóvenes alumnos del Colegio Militar Leoncio Prado, sino también una crítica frontal al concepto erróneo de la virilidad, de sus funciones y de las consecuencias de una educación castrense malentendida. Aunada a la brutalidad propia de la vida militar, a lo largo de las páginas de esta extraordinaria novela, la vehemencia y la pasión de la juventud se desbocan hasta llegar a una furia, una rabia y un fanatismo que anulan toda sensibilidad.
La Ciudad y los Perros, de Mario Vargas Llosa, se destaca por una novedosa narrativa a partir de dualidades. Dualidades tanto en la forma de escritura, como en la forma de actuar de los personajes principales. Novela premiada. Premio Biblioteca Breve (1962), Premio de la Crítica Española (1963). Parte del Boom Latinoamericano. Fuentes la catalogo como parte de la nueva Novela Latinoamericana.
Mario Vargas Llosa, ha publicado también: La Casa verde (1966), Conversaciones en catedral (1969), Pantaleón y las visitadoras (1973), La fiesta del chivo (2000).
La obra se inscribe en la serie de ediciones conmemorativas de la RAE y la ASALE, en la que también figuran Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes (3.000.000 de ejemplares vendidos en todo el mundo hispanohablante); Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez (más de 1.300.000 de ejemplares vendidos); La región más transparente, de Carlos Fuentes, y las antologías de Pablo Neruda y Gabriela Mistral.
Así que vale la pena releer La Ciudad y los Perros, de Mario Vargas Llosa.
 Efectivamente. Leer, es protestar contra las insuficiencias de la vida.
Una obra que va de la mano de la poesía.
*Manuel Cuen Gamboa. Autor de los libros Rondín Nocturno (poesía), Zarpazos de Sol (Ensayo), La Frontera, el Rio y el Desierto (Crónica) y Canto de Luz (Poesía). En prensa Parvada de Olvidos (poesía).

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